Tejer cobre, es tejer fuego, tejer fuerza, conducir la energía del elemento en formas que representan equilibrio, movimiento, un pulso de vida, un ritmo, la cimiente geométrica mostrándonos que todo es vida, que todo es cambio desde el universo a la tierra, todo es parte de una misma creación. La historia se entreteje y rescata de la memoria que es contada en el tejido alrededor del cobrizo conductor.